1 de marzo de 2024, 0 Comments
Decálogo de Premisas Aconsejables para Gestión del Divorcio manteniendo el bienestar de los Hijos como verdadero eje central del proceso
Como fruto de los años asesorando parejas, he reunido unas pautas de conducta y recomendaciones orientadas a prestar colaboración a aquellas que, con uno o más hijos comunes, entran en situación de crisis, llegando a la ruptura por causa de separación o divorcio, en cuya tramitación, bien sea judicial o extrajudicial, se supone que priorizaran la protección y estabilidad de sus hijos, y será el eje central y referencia inexcusable de sus actos a lo largo de todo el proceso.
Suelo introducir el tema formulando dos preguntas que, por la obviedad de sus respuestas, pueden parecer ociosas o innecesarias. Sin embargo, cobran gran importancia si se tiene en cuenta que las respuestas que den pasan a ser la expresión del compromiso serio de coherencia que ha de guiar y presidir todos los aspectos de conducta en la que se adentran.
Por lo que las respuestas que proporcionen han de ser con toda sinceridad y honesto propósito de acción, a plena conciencia de que, si no fuera así, cuando se tenga que proceder a la gestión de los aspectos prácticos y ejecutivos, será cuando develara la clase de personas que son, reflejara su calidad y capacidad de amar, y esto de alguna manera justificara o no que se haya llegado a la separación. Adicionalmente, es factible que se entre ante los hijos en flagrante contradicción, que no tarda en volverse en su propia contra y en la que a mediano o largo plazo, puede llevar a perder credibilidad, confianza, crédito personal, y otras indeseadas consecuencias como alejamientos, indiferencias, frialdad emocional que con el tiempo impactan internamente, mas de lo que se pueda imaginar.
Dadas estas aclaraciones, veamos pues las preguntas:
De uno a diez (siendo 1 muy poco y 10 totalmente), ¿cuál es el nivel de amor por tu hijo? ____
De uno a diez (siendo 1 muy poco y 10 totalmente), ¿hasta dónde llega tu disposición a esforzarte y sacrificarte por tu hijo? ____
Una vez introducidos en el marco del nivel de compromiso que habéis manifestado, conviene tener muy presentes unas líneas generales que han de mantener su vigencia de manera permanente e inexcusable al gestionar vuestra ruptura como pareja ante vuestros hijos. Dichas líneas se incluyen en el siguiente decálogo sobre distintos aspectos nucleares a tener en cuenta en este proceso:
1.SOBRE LA COMUNICACIÓN:
La ruptura de la pareja es un acto que necesita de comunicación formal a los hijos, por lo que será imprescindible abordarlo con el máximo cuidado, extremando la elección del momento y las formas de llevarla a cabo, pues para los hijos es el momento y punto o “línea oficial” de salida de una carrera que va a ser más o menos larga, según el recorrido que haya de tener todo el proceso.
De entrada, la comunicación concierne por igual a ambos progenitores y ambos deben realizarla en común y en un mismo acto, procurando dar las explicaciones que mejor se adecuen a la edad y formación de los hijos, así como informando de aquellos aspectos que mejor seguridad y tranquilidad les proporcionen en ese momento especial en que pueden quedar desconcertados.
En ese sentido, no es un acto que pueda quedar reducido solo al día o al momento en que comuniquéis vuestra decisión, sino que exige de un seguimiento próximo y continuado.
La ruptura es siempre un proceso de fuerte impacto, de consecuencias emocionales intensas que duran en el tiempo, por lo que el capital conseguido por haber superado con éxito el momento de la comunicación a los hijos se vería totalmente dilapidado si en el curso y pasos siguientes del proceso vuestra conducta desmiente los buenos propósitos o buenas maneras de la comunicación.
2.SOBRE LA ADAPTACIÓN PROGRESIVA DE LA COMUNICACIÓN:
Si el proceso emocional de la ruptura es un acontecimiento que se prolonga en el tiempo, pensad que vuestros hijos también van creciendo y evolucionando durante ese tiempo, con la circunstancia añadida de que durante ese crecimiento en edades de gran desarrollo emocional y madurativo van a ir cambiando de visión y comprensión de las cosas de su entorno, por lo que la actitud general y lenguaje de comunicación con ellos debe estar en permanente adaptación a las circunstancias para que se mantenga el mayor grado posible de comunicación fluida y eficaz.
3.SOBRE EL IMPACTO DE LA RUPTURA SOBRE LOS HIJOS:
Los niños y adolescentes (5/18) tienen un conocimiento y percepción del mundo muy diferente al de los adultos, empezando por que desconocen, por su inexperiencia, las relaciones tanto de amor, como de desamor, de los mayores, y, en concreto, de sus padres. Ellos sienten, piensan y actúan en otro plano.
Nacen y crecen en el seno de una pareja unida que les ha venido dando afecto y la ruptura de ese núcleo de referencia les resulta siempre motivo de inseguridad y sufrimiento, desde lo que es el desconocimiento de los motivos por los que ocurre, o la no comprensión de los mismos, hasta el tener que pasar por el padecimiento de las consecuencias.
4.SOBRE LA RESPONSABILIDAD COMÚN DE LOS PADRES Y SU EJERCICIO PERMANENTE EN TIEMPO Y FORMA:
Es deber y responsabilidad de ambos progenitores tener presentes estos hechos para procurar un acercamiento permanente y en común a los hijos dentro de un proceso de ruptura de pareja. Es siempre responsabilidad de los padres procurar no solo el bienestar material, sino la estabilidad emocional de sus hijos, en la niñez y en la adolescencia.
El amor, el afecto y las demás motivaciones que llevan a formar una pareja pueden durar o enfriarse hasta acabar, pero el vínculo de paternidad/maternidad respecto de los hijos va seguir vigente durante toda la vida, por lo que las conductas y actitudes en relación a ellos han de ser especialmente cuidadas y de manera continuada si queremos ser coherentes con las respuestas dadas al inicio de este documento.
Vuestros hijos, en su crecimiento y maduración evolutiva irán formando su propio criterio de valor respecto a cada uno de sus progenitores, y en esa construcción será elemento sustancial lo que ellos hayan percibido y recibido de la conducta de cada uno de vosotros.
5.SOBRE EL MODO DE PRESERVAR A LOS HIJOS RESPECTO AL TRAUMA OCASIONADO POR LOS PROGENITORES:
La ruptura de vuestras relaciones como pareja es una cuestión vuestra, un fracaso de vuestro proyecto en común, pero de inevitables consecuencias para vuestros hijos. Es muy importante, pues, que vuestros conflictos personales, vuestras rencillas, vuestras discusiones o desencuentros, no salpiquen o trasciendan a vuestros hijos. Por tanto, el modo o manera por el que vais a intentar poner remedio a esos problemas entre vosotros debe hacerse lo más alejado posible de ellos, quienes solo deben conocer las soluciones alcanzadas para pacificar las diferencias.
Nunca uséis los demasiado frecuentes recursos de decir a los hijos que la culpa de lo que ocurre es del otro progenitor. Con esa actitud solo se consigue incitar a que el otro haga lo mismo en dirección contraria.
Ni hablar mal o despectivamente del otro, aún cuando todos tengamos luces y sombras en nuestra conducta personal, pues eso denigra y ensombrece la conciencia de los hijos. Valorad explicita y positivamente cosas que el otro progenitor haya hecho con o por vuestros hijos.
Ni tampoco hablar mal o inmiscuirse en la vida privada que cada uno lleva después de divorciados, ni menospreciar a la nueva pareja que pudiera convivir con el padre/madre, si la hubiera.
El respeto es la base más sólida para poder pedir ser respetado.
Mantened a vuestros hijos al margen de cualquier discusión o discrepancia que surja en relación con el régimen económico de mantenimiento que se establezca a consecuencia del divorcio. Puede generar en ellos sentimiento de culpabilidad relacionada con sus gastos, y todo sentimiento de culpa que nazca en ellos debido a vuestros problemas, debe ser evitado.
Ni intentéis nunca conseguir el acercamiento afectivo de los hijos mediante la compensación con regalos o bienes materiales, pues aparte de que produce adhesiones falsas y ficticias, transmite un mal ejemplo para los hijos al equiparar como equivalentes bienes de distinta naturaleza y valor (sentimientos frente a bienes materiales).
6.SOBRE LA NECESIDAD DE MANTENER EL ESTADO DE COSAS:
Procurad que, a pesar de los inevitables cambios que van a tener que ocurrir, la vida cotidiana de los hijos sea lo más parecida a antes de la ruptura, empezando por ponerles de manifiesto con toda claridad que ambos progenitores le seguís queriendo y estáis dispuestos a seguir haciendo todo cuanto sea lo mejor y más conveniente para ellos.
Esforzaros en que se mantengan y refuercen, si cabe, su hábitos de escolaridad, deporte, ocio, amistades, y -muy importante- sus visitas frecuentes con abuelos u otros miembros de la familia con los que más se relacionan.
7.SOBRE LA NECESIDAD DE RESOLVER CONFLICTOS POR VIA NEGOCIADA Y EVITAR LITIGIOS:
Procurad en todo momento resolver vuestras diferencias por acuerdos negociados y razonables, o por procedimientos de mediación, evitando, en lo posible, que se tengan que resolver acudiendo a la vía judicial contenciosa, pues de los litigios y de los enfrentamientos frontales suelen salir más rencores. Y, sobre todo, intentad que los hijos no se vean involucrados en el asunto judicial (declaraciones, comparecencias, etc.), si lo hubiere. Siempre queda la huella de una mala experiencia.
8.SOBRE EL ACERCAMIENTO A LOS HIJOS:
Haced el esfuerzo de acercarse a su nivel de edad para comprenderles en su desconcierto, en su mayor vulnerabilidad, y en el esfuerzo que también ellos hacen para adaptarse a la nueva situación. Que ellos sepan que les escucháis y que intentáis atender sus preocupaciones y necesidades de la misma manera que cuando estabais unidos.
9.SOBRE LENGUAJE Y ACTITUD COMÚN CON LOS HIJOS:
Procurad mantener con ellos mensajes coincidentes respecto de temas comunes, para no producirles desconcierto, ni confusión.
10.SOBRE LA ACTITUD GENEROSA DE LOS PROGENITORES:
La premisa ya indicada de actuar en todo momento de la manera que mejor favorezca el bien y el interés de los hijos, a veces comporta la sensación de que uno, o los dos progenitores, han de hacer alguna cesión momentánea, o alguna renuncia circunstancial, de un derecho propio, pero, incluso así, el bien que se protege debe prevalecer, por ser de rango superior.
El cumplimiento de estas recomendaciones no siempre va a resultar fácil, más aún contando que, ante la ruptura, cada uno de los progenitores también se encuentra bajo mucha tensión y en circunstancias emocionales especiales, muy dadas al nacimiento de rencores y aparición de aspectos personales que parecen insospechados, pero el grado de compromiso que cada uno quiera darle a lo que contestó a las preguntas iniciales, deberá marcar las pautas de cumplimiento ante cada situación.
No hay que olvidar que, a pesar de los muchos consejos y recomendaciones y del sentido común de las personas, que siempre se supone presente, es muy alta la estadística de asuntos de ruptura que acaban en conflicto contencioso debatiéndose por vía judicial.
____ o O o ____
NOTA ADICIONAL A TENER EN CUENTA:
La casuística y posibles situaciones que nacen de las relaciones entre progenitores e hijos con motivo de una separación/divorcio son tantas que resultan inabarcables en cantidad y diversidad, por lo que este documento ni es, ni pretende ser, exhaustivo, y lo que se ha venido exponiendo intenta ser un guión básico del que se puede obtener, además, por analogía, un eje conductor válido para otras situaciones.
Debe tenerse en cuenta que, con independencia del orden en que han sido expuestos, todos los puntos reseñados vienen a formar parte de un paquete integrado del que no se pueden disociar unas conductas, evitando otras, pues ello significaría el fracaso directo de todo el conjunto de actitudes en el que tales consejos viene inspirado, que deben mantener un funcionamiento armonizado.
Todo el contenido de cuanto hasta aquí se ha venido exponiendo se ha obtenido a partir de fuentes basadas en información, conocimientos y experiencias de casos reales abordados por competentes profesionales de la psicología infantil y de la práctica forense judicial, todos ellos con amplia experiencia sobre las cuestiones objeto de comentario.
En esta exposición se han omitido voluntariamente las cuestiones que nacen alrededor de los temas sobre régimen de visitas y contribución económica de cada progenitor al sostenimiento de los gastos por alimentación, educación, médicos, y otros, de los hijos comunes, pues, a pesar de ser muy importantes y generar un gran porcentaje de la conflictividad que las parejas habrán de afrontar, deben analizarse y resolverse en el ámbito de un marco de circunstancias muy concretas para cada caso, y siempre bajo la dirección, consejo y asesoramiento de los profesionales que intervengan en el asunto.